Las últimas excavaciones realzan el patrimonio histórico de la comarca

La Región

Enclavada en la Raia con Portugal, el actual territorio que hoy denominado A Baixa Limia ha sido desde tiempos inmemoriales una importante vía de comunicación, vertebrada desde hace 2.000 años por los romanos, que escogieron estos valles como vía más directa para comunicar dos de sus capitales, Brácara Augusta y Asturica Augusta. Un trazado bimilenario que ha permanecido casi inalterable hasta nuestros días, marcando las comunicaciones en el enlace más natural y directo entre el Norte de Portugal y la provincia de Ourense.
Siguiendo ese curso trazado por el río Limia, y atravesando la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés, se han llevado a cabo en este segundo semestre del año interesantes hallazgos que ponen nuevamente el foco en el papel que jugó este territorio a lo largo de la historia. Se trata de la villa y torre medieval descubiertas en A Fraga Raxada, en terrenos de la comunidad de montes al que pertenece el pueblo de A Cela (concello de Lobios), y cuya aparición abre un nuevo foco para entender la vida y el asentamiento territorial en el convulso siglo X.
Este otoño se ha certificado también, en las cercanas tierras de Lobeira, de la existencia al menos de una torre de vigilancia que controlaba el paso de lugareños y forasteros no muy lejos del cañón del Limia en un periodo aún por determinar entre los siglos XIII y XV. Se trata del conocido como Castelo (o coto) de San Adrao, muy cerca del antiguo monasterio de Cabaleiros que perteneció a la orden de San Agustín.

Algo más alejado en el tiempo y en la distancia del Limia, en el Val do Salas en Muíños, se desarrolla en estos momentos una intervención para la conservación y consolidación de la mámoa Veiga 1 de Maus de Salas. Una pieza más que enriquecerá el legado megalítico que hace que el Salas sea también conocido como “O Val da Morte” en referencia a las funciones de este tipo de construcciones. “No son actuaciones fáciles, porque requieren de un desembolso económico importante; pero en la medida de nuestras posibilidades seguiremos llevando a cabo campañas que permitan proteger y poner en valor el patrimonio”, comentaba Plácido Álvarez, alcalde de Muíños, sobre la intervención en Maus de Salas.
Implicación social
Excavaciones que enriquecen el patrimonio monumental y acrecientan el interés turístico en una zona que desde casi cinco décadas es objeto de una campaña anual para reconstruir el antiguo campamento militar de Aquis Querquennis. Un asentamiento enclavado en el curso del río Limia en Bande, punta del iceberg de un gran legado romano que atesora estas tierras, con varios tramos de calzada romana perfectamente delimitados y conservados, una mansión (matio) y una mutatio (parada) excavadas en los últimos años en el corazón del Gerês-Xurés en Riocaldo (Lobios) y que se unen a los numerosos castros que presiden los ‘outeiros’ de norte a sur de esta comarca, desde Rubiás, A Croa y Pena Maior en Bande, hasta el castro de Os Castelos e Pía da Moura, en referencia una antigua fortaleza medieval, que hace una década recuperaba el Concello de Entrimo en la parroquia de Galez.

De la época medieval son también los ‘foxos do lobo’, otro tipo de construcciones que en la última década han aflorado en la comarca fruto de varias campañas arqueológicas. La más reciente, la del foxo do lobo de Requiás, en el valle del Salas en Muíños, pero también se puede contemplar este tipo de construcciones en el Monte Grande en Bande, donde se encuadra el ‘foxo do lobo das Covateiras’, que destaca por ser en forma de cruz, y en el corazón del Xurés en Lobios, entre la aldea de Guende y los picos de Fontefría, a que se accede a través de una ruta de ocho kilómetros.
Concellos, asociaciones y comunidades de montes lideran estas campañas que persiguen preservar y conservar patrimonio milenario, destinando fondos y medios para poner en valor estos yacimientos. “Vese que hai un cambio de tendencia, está a revalorizarse e deixando de ver as ‘pedras’ como algo negativo e que molestan”, comentaba Benito Vilas, de Árbore Arqueoloxía, poniendo en valor especialmente la implicación de las comunidades locales. 

Fonte: www.laregion.es

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