CESAR QUIAN

Natural de Ourense y con pareja china, viajó por todo el mundo y ahora es profesor de la Escuela de Idiomas de A Coruña
17 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Busca estudiantes de chino. «Esta semana estuve en la universidad, en la escuela Pablo Picasso, mandé cartas a institutos… Tenemos un departamento de Chino muy bueno en la Escuela de Idiomas con tres profesores titulares y dos auxiliares nativas chinas. Nos faltan alumnos», comenta Modesto Corderí Novoa, natural de Ourense, pero que lleva unos años en A Coruña. «Soy profesor de carrera en expectativa de destino, pero me gustaría quedarme aquí», confiesa. El plazo para matricularse se terminó el viernes, pero dice que «esta primera semana todavía pueden admitirse más alumnos. La gramática es muy fácil porque no se conjugan los verbos, hablan en infinitivo, lo que aquí decimos como los indios. Lo difícil es la escritura, pero en cualquier caso, el español es más complicado», asegura Modesto, que también da clases de nuestro idioma a alumnos de otros países. «Descubrí que me quería dedicar a la enseñanza cuando estuve de profesor durante cinco años en el Instituto Cervantes de Pekín», recuerda este gallego inquieto que vivió en China, Australia o Estados Unidos y dice que lo que más echa de menos es Asia. «Me trataron muy bien los chinos», sentencia. Tiene 42 años, pareja china que «está muy contenta en A Coruña y le encantan los helados y el churrasco», y dice que el restaurante que hace una comida más parecida a la de allá es el Fu de Torreiro. 

Del gimnasio a Pekín
Charlamos en un bar-taberna clásico, Casa Novo, en la calle Perú, enfrente del Conservatorio Profesional de Música. Modesto es una persona inquieta y habladora que tiene muchas cosas que contar y le gusta hacerlo. Su padre es de Xinzo y su madre de Ourense y no tiene claro el origen de su apellido, Corderí. Su primer contacto con A Coruña fue cuando se matriculó en Enxeñería Informática en la UDC. «No me gustó. Soy un informático frustrado que después se pasó a las letras. Siempre quise aprender idiomas y conocer gente por el mundo», afirma este hombre que habla inglés, francés y chino, además de gallego y castellano. Lo más curioso es la forma en la que entró en contacto con la cultura asiática. «Me apunté a clases de kung-fu en el gimnasio Dinamic Center de Ourense y me gustaban las películas de Bruce Lee», confiesa Modesto, que acabó estudiando Filología China en Pekín. 
Desconfiados y trabajadores
Su periplo vital y académico es de película. En el 2002 tuvo su primer contacto con el gigante asiático, y dice: «Me impactó». Después se fue a Australia. «Fue una experiencia genial y allí conocí a muchos chinos que me hablaron de las grandes oportunidades que había por los Juegos Olímpicos de Pekín del 2008 y la Expo de Shanghái del 2010. En el mes de septiembre del 2006 empecé a estudiar chino en la Universidad de Pekín. Hice Filología y me llamaron de la Embajada de España. Superé unas pruebas y entré como oficial administrativo. Gracias a la Fundación Barrié conseguí una beca de posgrado y daba clases de chino a los extranjeros. Estuve en Pekín hasta el 2015. «Los conozco bien. Nos parecemos mucho. Los gallegos somos los chinos de España. Son trabajadores, como nosotros, y todos tienen conexión con el mundo rural, como los gallegos con las aldeas, gran capacidad de sacrificio que les lleva a emigrar para ganarse la vida y dificultades para adaptarse a los países, como les pasó a muchos gallegos. Son ahorradores, muy respetuosos con la familia y sus mayores, desconfiados e indirectos», sentencia. Modesto está feliz en A Coruña y en su tiempo libre le gusta practicar teatro improvisado con Oswaldo Digón y Víctor Grande. Así es este ourensano que un buen día fue a aprender artes marciales a un gimnasio y acabo convertido en profesor de chino en la Escuela Oficial de Idiomas de A Coruña, la ciudad en la que quiere quedarse tras viajar por todo el mundo.

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Fonte: www.lavozdegalicia.es

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