La recuperación de una capilla en A Limia une al pueblo entero

La Región

Cristina Díaz tiene 51 años y nació en Valladolid, adonde sus padres se mudaron tras conocerse en Alemania siendo ambos emigrantes. Pese a ser pucelana de pura cepa, al igual que su madre, Díaz considera que la aldea paterna de Nocelo de San Mamede es su “lugar en el mundo”.

Nocelo, un minúsculo lugar de la parroquia de San Mamede de Sobreganade, perteneciente al concello de Porqueira, es en la actualidad un pueblo habitado por apenas cinco personas durante el año. En verano, esa población aumenta exponencialmente gracias a los hijos y nietos de quienes se marcharon durante el siglo pasado y, en muchos casos, ya nunca regresaron.

Cartel que da la bienvenida a Nocelo.

La aldea, un paraje “precioso y hermoso”, enclavado en medio del monte limiano, linda con el núcleo de Cima de Ribeira, territorio ya de Xinzo. Sin ánimo de alterar nada, pero con un decidido empeño por no dejar que el abandono demográfico siguiera haciendo mella en el lugar, Purificación Feijóo, junto a Cristina Díaz y al resto de vecinos, tanto permanentes como ocasionales, decidieron crear en 2022 una asociación: Anoce.

Mantener una comunidad

Los vecinos restauraron los bancos.

En un principio, el objetivo que perseguían era el de volver a tejer comunidad, “tal y como nunca dejaron de hacer nuestros padres y abuelos”, abunda Díaz. En definitiva, mantener el pueblo vivo más allá de fechas señaladas y temporadas estivales.

Una vecina de Nocelo, Concha Díaz, delante de la capilla hace más de 50 años.

El siguiente paso “obvio, pero no exento de dificultades”, rondaba a muchos de los miembros de la asociación, y pasaba por recuperar el mayor elemento del patrimonio que atesora Nocelo: su ermita, una pequeña capilla dedicada a Santomé, de unos dos siglos de antigüedad. Tras su última restauración en la década de los 60, fue quedando progresivamente en desuso hasta su cierre permanente, hace ya más de 15 años.

Colaboración vecinal

El interior de la ermita, con su misal al fondo y el techo de madera.

Finalmente, todas las piezas que tenían que encajar fueron cayendo en su sitio, y este verano los vecinos se pusieron manos a la obra. Todos aportaron su granito de arena: hubo quien aró el campo que rodea a la capilla, se desbrozaron y limpiaron los caminos que van a dar a ella, se retiraron los bancos para poder restaurarlos y así de paso sanear las paredes del interior, además de reponer el misal y el resto de enseres de la iglesia.
El trabajo de los vecinos, iniciado en julio, se verá este sábado recompensado con la primera misa en más de una década, y que oficiará don Jaime Collazo, párroco de Xinzo de Limia. A su conclusión habrá un aperitivo para todos los presentes, pues se esperan vecinos de Nocelo de “Ourense, Sevilla o Barcelona”, apunta Díaz, que estará acompañada por sus hermanas Rosa y Raquel, residentes en Xinzo y Valladolid, respectivamente, y también por su madre, María Molino.

En las labores de desbroce colaboraron todos los habitantes del pueblo.

Además de comida y bebida, el acto contará con la actuación de la Banda de Gaitas de Porqueira. El Concello, por su parte, también colaboró con los desbroces porque, en el pueblo de Nocelo, la unión aún hace la fuerza.

Fonte: www.laregion.es

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